EL SUR

Martín y su esposa enfermaron de COVID-19 en Guerrero. Creían que el virus era invento del Gobierno

27/05/2020 - 7:14 pm

Lleva 25 días enfermo confinado en su casa, albañil de Iguala de 47 años con su esposa también infectada. Acudió a un médico particular cuando comenzó con dolor de cabeza, la temperatura elevada, dolor en los ojos y en los huesos, deshidratación y no podía respirar bien. Perdió el gusto en los alimentos y con dificultad podía comer porque no tenía fuerza.

Por Alejandro Guerrero

Iguala, Guerrero, 27 de mayo (ElSur).- Como una de las cientos de personas que no creían en la COVID-19 y pensaban que se trataba de un invento del Gobierno, Martín, albañil de 47 años, y su esposa, cumplieron ayer 25 días con la enfermedad y en auto confinamiento en su casa, ubicada en una colonia al sur de Iguala.

“Cuando empezó yo no creí en la enfermedad, hasta le dije a mi esposa ‘eso no es cierto nomás puro invento del Gobierno’, pero mira, ahora que nos pegó esta infección, pues ya no opinamos de la misma manera, ahora nos damos cuenta que sí existe y es bien peligrosa”, contó vía telefónica.

El 6 de mayo empezó a presentar síntomas, tres días después que su esposa, pero unos cinco días antes había seguido saliendo a trabajar en bicicleta. Por el dolor de cabeza y la temperatura elevada, fue llevado a un médico particular. Le aplicó una inyección y les dio medicamento a los dos, pero éstos, sólo sirvieron para calmar las molestias tres días, “posteriormente se nos vino bien dura la enfermedad y nos tiró”.

Martín, como se le llama para guardar el anonimato, tuvo que dejar de trabajar. A partir de esa fecha su confinamiento inició con un reposo total, sus hijos le han estado llevando víveres, mientras que su otro hijo y su nuera que viven con ellos, les dan los cuidados.

Su esposa es ama de casa, y hasta antes de presentar síntomas se movía en el transporte público para ir al mercado municipal, la principal zona de contagio de la enfermedad en todo el municipio.

Con ellos vive uno de sus hijos de 17 años y su pareja de 15 años, hasta ayer, de acuerdo con Martín, ninguno de los dos había presentado síntomas y poco salen a la calle. Otros de sus hijos se han encargado de llevarles alimentos.

Describió que comenzó con el dolor de cabeza, la temperatura elevada constante, dolor en los ojos y en los huesos, además mucha deshidratación. Perdió además el gusto en los alimentos y con dificultad podía comer, “llegué a pasarme la tortilla así con pura agua porque no podía ni masticarla, llegó un día en el que definitivamente sólo una tortilla con trabajos me la pasé con agua nada más, porque ya no puede uno, se le acaban las fuerza”.

Contó que lo que más acaba a enfermos de COVID-19 es la deshidratación que sufren por la fiebre, “te duermes un ratito por el sueño que provoca el dolor, y cuando despiertas estas bañado en sudor, despierta uno bien deshidratado”.

Agregó que la mayor complicación llega cuando no puede respirar bien, “con mi esposa ya no podíamos respirar, si me paraba tantito sentía que me ahogaba, me faltaba el aire, si me acostaba de lado igual sentía que me ahogaba, sólo podía estar boca arriba o boca abajo, y que no me moviera para poder respirar suavecito”.

Ellos no se han realizado la prueba, pero de acuerdo con la sintomatología, les dijeron que sí es coronavirus. Entre el reposo, hidratación y nebulizaciones con hojas de eucalipto y otros remedios caseros han logrado salir adelante.

Hasta ayer llevaba 20 días desde que presentó los síntomas, y aún con una voz que se escucha cansada, mencionó que su esposa y él han permanecido en aislamiento y describe que aún no se siente bien, “porque todavía tengo una pequeña temperatura, pero ya no tengo los demás síntomas, ahorita ya salgo, me siento y ya respiro mejor, ya no me afecta tanto”.

Al preguntarle de la gente que sigue sin creer en esta enfermedad y de muchos que siguen saliendo a las calles, Martín dijo que hoy su opinión es distinta a la que tenía entes de enfermarse, “el mensaje que yo les daría es que esto sí existe y sí está, que tomemos todas las precauciones y que hagan conciencia por las demás personas porque hay veces que uno todavía quiere retar a esta enfermedad de decir ‘voy a seguir saliendo aunque esté enfermo’, pero no todos vamos a aguantar con esta enfermedad”.

Contó que él no tiene ninguna enfermedad crónica como diabetes, hipertensión ni asma, y que el médico que lo atendió le dijo que fue lo bueno que no tenía ninguna enfermedad, “gracias a Dios yo estoy sano, pero ve cómo me dio de feo, aun estando yo muy bien de salud y todavía así me hizo muy feo esta enfermedad”.

El enfermo que pidió el anonimato, para evitar alguna agresión o discriminación, mencionó que la gente tiene miedo de decir que está contagiado y hasta de ir al hospital general, “mucha gente tiene miedo así como yo de ir al hospital y si voy y me matan, mejor me la rifo aquí por si la logro en mi casa, pues ni modo y voy comiendo lo que pueda, y mucha gente así no está yendo al hospital porque tiene miedo”.

Contó que en su misma colonia, mientras él estaba encamado, otro albañil también se enfermó de coronavirus y falleció.

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Redacción/SinEmbargo
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